jueves, 18 de octubre de 2007

¿Somos racistas?

El Observatorio Español del racismo y la xenofobia ha realizado una encuesta a la población española sobre el racismo. La encuesta ha sido elaborada por el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía y fue presentada el 27 de marzo de 2007 por Consuelo Rumí, Secretaria de Estado de Inmigración.

Este tipo de encuestas tiene un interés indudable, pues permite realizar una valoración general sobre las actitudes de la población hacia las minorías (en este caso, sólo los inmigrantes, pues no se pregunta sobre el pueblo gitano).

Los resultados son muy interesantes en la medida que permite observar en qué espacios la discriminación y el racismo son más notables (por ejemplo, a la hora de alquilar una vivienda) o que existe aceptación de la población inmigrante, siempre y cuando "desempeñen trabajos que los españoles no quieren hacer".

En estas encuestas se trata de descubrir problemas de racismo y discriminación preguntando al colectivo que supuestamente lo ejerce. Como digo, la perspectiva es útil, pero problemática. ¿En qué medida son fiables estas respuestas?. ¿Cuántos contestan realmente lo que piensan y cuántos contestan lo que deben decir?. Probablemente con estos instrumentos se detecta más el discurso socialmente deseable que el discurso realmente disponible.

Por lo que se observa en los resultados de la encuesta, el discurso socialmente deseable es generalmente no racista (neutro), pero son pocos los ciudadanos que responden desde posturas activas para promover la integración de los inmigrantes.

En este sentido abogaría por dos elementos para próximas encuestas:
- Diseñar preguntas para detectar actitudes y comportamientos activos para favorecer la integración con y de los inmigrantes.
- Preguntar a los propios inmigrantes si se sienten víctimas de forma de discriminación y racismo.

En una pequeña encuesta que realizamos en la Universidad de Alicante a ecuatorianos residentes en la provincia de Alicante (próxima publicación), preguntamos precisamente por la percepción de discriminación.

Un 45% señalaba haber sido víctima de discriminación en la calle o en un lugar público, un 38% al buscar empleo, un 34% en el trabajo, 29% en la escuela, un 23% en restaurantes o tiendas. La discriminación más baja se encontraba en los servicios sanitarios (12%), con la policía y funcionarios públicos (11%) y en los bancos (12%). Pareciera que las instituciones públicas y financieras, excepto la escuela, son menos racistas que la población española.

Otras personas entrevistadas, otra perspectiva.

Sería interesante repetir esto con otros grupos de inmigrantes, que probablemente reciben una mayor presión social (marroquíes, gitanos rumanos, etc.).

3 comentarios:

Mondhell dijo...

Seguiré con mi línea de ir dejando mensajes en el blog, aunque se acabe de mí hasta las narices.
Mi opinión es que la poca información hacia las culturas que inmigran en España, nos hace más reacios a querer comprender ciertas costumbres. He oido muchas veces eso de que: "yo les tolero en mi país pero ellos son los primeros que se traen las normas de su casa". Supongo que para un inmigrante es muy difícil integrarse con todas las normas sociales de un país en los primeros años. Por ello quizá se dice que la primera generación nunca se adapta al país que emigra. Pero una mayor información o servicios sociales hacia los inmigrantes en los cuales se les informe sobre dudas y derechos, les abriría algo más las puertas y mejoraría la convivencia entre todos

Unknown dijo...

Gracias por tu comentario. Aprovecho para hablar del argumento "se traen las normas de su casa".
Defender la asimilación a las normas de la sociedad de acogida resulta casi imposible en las sociedades modernas, caracterizadas por la multiplicidad de normas.
Por ejemplo, ¿cuáles son las normas sobre el vestir en España? o ¿cuál es la norma lingüística en España, donde además del catalán-valenciano-mallorquín, el vasco, el gallego, el español, las lenguas de signos, hay un gran mercado turístico que depende del uso de otras lenguas(inglés, alemán, francés, etc.) y múltiples personas que estudian otras lenguas?, ¿cuál sería la norma religiosa en una España con un estado aconfesional y que defiende en su Constitución la tolerancia religiosa?, etc.
En mi opinión, la idea de "respetar las normas de aquí" resulta una de las excusas socialmente aceptadas para protegernos del discurso racista explícito (que socialmente empieza a estar menos aceptado).

Mondhell dijo...

Me ha hecho gracia todas esas "normas" de nuestro país que pones en tus preguntas porque me he dado cuenta de que tanto quejarse de los inmigrantes (de paises subdesarrollados, de los otros no se queja nadie curiosamente)y somos los primeros que no aceptamos vivir en tolerancia. Nos quejamos de que uno hable con un idioma de otra región, nos molesta que quiten la asignatura de religión en un país supuestamente laico. Realmente es una excusa como tú bien dices, pero lo gracioso es que todo el mundo habla de los malignos senegaleses que vienen a quitarnos el trabajo y nuestro pan y a robarnos (apocalipsis) y nadie se queja cuando 25 hooligans apalean a 5 policías en las playas de Benidorm en pleno agosto.
Quizá en vez de normas debí utilizar la palabra derechos. También es cierto que me he encontrado casos en los que he visto actuaciones muy machistas y mujeres soportándolo porque creen que si en su país es así, aquí también (contrariamente a lo que se pueda pensar, estas mujeres no eran de origen árabe). Aunque ahora que lo pienso...cuantas mujeres se dejan dar bofetones cada día...