El
Observatorio Español del racismo y la xenofobia ha realizado una encuesta a la población española sobre el racismo. La encuesta ha sido elaborada por el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía y fue presentada el 27 de marzo de 2007 por Consuelo Rumí, Secretaria de Estado de Inmigración.
Este tipo de encuestas tiene un interés indudable, pues permite realizar una valoración general sobre las actitudes de la población hacia las minorías (en este caso, sólo los inmigrantes, pues no se pregunta sobre el pueblo gitano).
Los resultados son muy interesantes en la medida que permite observar en qué espacios la discriminación y el racismo son más notables (por ejemplo, a la hora de alquilar una vivienda) o que existe aceptación de la población inmigrante, siempre y cuando "desempeñen trabajos que los españoles no quieren hacer".
En estas encuestas se trata de descubrir problemas de racismo y discriminación preguntando al colectivo que supuestamente lo ejerce. Como digo, la perspectiva es útil, pero problemática. ¿En qué medida son fiables estas respuestas?. ¿Cuántos contestan realmente lo que piensan y cuántos contestan lo que deben decir?. Probablemente con estos instrumentos se detecta más el discurso socialmente deseable que el discurso realmente disponible.
Por lo que se observa en los
resultados de la encuesta, el discurso socialmente deseable es generalmente no racista (neutro), pero son pocos los ciudadanos que responden desde posturas activas para promover la integración de los inmigrantes.
En este sentido abogaría por dos elementos para próximas encuestas:
- Diseñar preguntas para detectar actitudes y comportamientos activos para favorecer la integración con y de los inmigrantes.
- Preguntar a los propios inmigrantes si se sienten víctimas de forma de discriminación y racismo.
En una pequeña encuesta que realizamos en la Universidad de Alicante a ecuatorianos residentes en la provincia de Alicante (próxima publicación), preguntamos precisamente por la percepción de discriminación.
Un 45% señalaba haber sido víctima de discriminación en la calle o en un lugar público, un 38% al buscar empleo, un 34% en el trabajo, 29% en la escuela, un 23% en restaurantes o tiendas. La discriminación más baja se encontraba en los servicios sanitarios (12%), con la policía y funcionarios públicos (11%) y en los bancos (12%). Pareciera que las instituciones públicas y financieras, excepto la escuela, son menos racistas que la población española.
Otras personas entrevistadas, otra perspectiva.
Sería interesante repetir esto con otros grupos de inmigrantes, que probablemente reciben una mayor presión social (marroquíes, gitanos rumanos, etc.).